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lunes, 20 de enero de 2014


Arenas movedizas, por Carlos Herrera

La alberca del moro

Supuse, desde mi ignorancia, que un alud de feministas saltaría de sus asientos

Un grupo –ignoro si muy nutrido– de musulmanes residentes en comarcas leridanas como Segarra o Urgell y, al parecer, también en la propia capital, se han dirigido a sus respectivos ayuntamientos para exigir que las piscinas municipales segreguen debidamente a los hombres y a las mujeres o para que, al menos, exista un horario especial mediante el cual las mujeres musulmanas, las suyas, puedan bañarse al abrigo de miradas de hombre alguno, musulmán o no. Ante este mensaje medieval, coherente al fin y al cabo con el islam teórico y con sus prácticas sociales en los países en los que impera, algunos alcaldes se han adelantado a responder muy educadamente que no es posible ya que la Constitución no permite ese tipo de segregaciones y que lo más que pueden hacer es limitar esa separación a los vestuarios. El de Cervera, localidad en la que se escenifica la Pasión de Cristo cuando llega la Cuaresma en el espectacular teatro que construyó el propio patronato y que sigue siendo un modelo de buen trabajo y de mejor tradición, fue el primero en decir que no, que muchas gracias por la sugerencia (si pueden, por cierto, no descuiden conocer ese pueblo, su universidad, sus murallas, la Paería, la iglesia de San Antonio, merecen una visita: gente buena y ‘ferma’ como su tierra). Inmediatamente algunos malpensados han comenzado a elucubrar lo que ocurriría si algún día un musulmán obtuviera una alcaldía en las comarcas del Segre: a no ser que lo impidieran determinados resortes legales, nos tendríamos que tragar dobladas sus pretensiones. ¿Es ese un escenario posible? Gran pregunta sin respuesta clara y determinante.
A tenor de la alianza de civilizaciones que, por lo visto, tenemos que tejer con elementos de este jaez, valdría aventurar que el envalentonamiento y descaro con el que plantean reivindicaciones, que ni por asomo contemplarían a la inversa en sus lugares de origen, viene consentido de largo por la actitud tolerante de muchos partidarios del multiculturalismo.
Efectivamente, desde la descerebrada y anacrónica exigencia de estos colectivos de musulmanes, ninguno de los severos líderes sociales que tanto velan por laicismos militantes y otras muestras de anticatolicismo, ninguno, ha abierto su boquita de piñón. Supuse, desde mi ignorancia definitiva, que un alud de asociaciones feministas saltarían de sus asientos de milimétricas observadoras del match diario que juegan hombres y mujeres en la sociedad para ensordecernos a todos con su protesta firme y tajante. Pues menudo chasco. Ni una. Pero es que ni una. Ninguna de estas valerosas gudaris de la igualdad ha mostrado su solidaridad con las mujeres musulmanas que tienen que bañarse con hábito y a las que pretenden encerrar en una alberca solitaria para que remojen sus carnes al atardecer. Son culturas con tinte atávico que irán transformándose a medida que convivan con la realidad de occidente, piensan. O deben pensar. ¡Y una mierda! Más tiempo llevan en Francia y la imposición del velo sigue sin resolverse a pesar de la determinación inapelable del Estado francés. Cuando los colectivos musulmanes exigen que, por ejemplo, no se les pueda practicar cacheos corporales, que se retoquen leyes del ruido para poder expandir el llamamiento a la oración en barrios enteros, que se creen tribunales especiales y voluntarios para juzgarles según la arcaica Shariah de la que tenemos alguna noticia ya o crear un criterio ‘Rushdie’ de la justicia y poder actuar enérgicamente contra los que critican el islam –por ejemplo, este artículo–, están soliviantando la progresión hacia la justicia y la igualdad que emprendió occidente cientos de años atrás. Si no se es tajante en la defensa de esos valores y se juega con gilipolleces de alianzas, de multiculturalismos, de ‘tolerancias’, de ‘talantes’ y de legislaciones especiales en función de cómo se inclina uno al rezar, estamos perdidos.
Así que espabilen todos esos vigorosos custodios del laicismo. Tienen una oportunidad magnífica para elevar su protesta por las pretensiones de este puñado de majaretas residentes en Lérida. Demuestren su valentía y su celo. A ver si hay cojones, que aún no han dicho ni esta boca es mía.
Y si no, ya sabemos. A bañarnos con turbante todos.


Vocabulario

Segregar : Separar, dividir
Abrigar = proteger del frío, del exterior, cubrir
Imperar = predominar, mandar, dominar
Cuaresma: tiempo litúrgico de preparación de la Pascua de Resurrección, desde el miércoles de Ceniza hasta el Jueves Santo, y que se caracteriza por ser un período de penitencia.
Elucubrar: elaborar una divagación complicada y con apariencia de profundidad.
Resortes: medio material o inmaterial para lograr un fin.
Tragar dobladas: soportar una situación, aceptar algo por obligación, de mala gana
A tenor : según, conforme a, de acuerdo con, …
Jaez: adorno trenzado que se pone a los caballos
Alud : masa grande de una materia que se desprende por una vertiente, precipitándose por ella
Descerebrada: sin cerebro, sin lógica, sin sentido.
Anacrónica : Fuera de tiempo, arcaica.
Velar: cuidar, proteger.
Boquita de piñón: decir las cosas en voz baja, con la boca pequeña, sin fuerza.
Envalentonamiento
Ensordecer: producir sordera, acallar; sonido que molesta, que no permite oír.
Chasco: decepción
Gudaris: un soldado del Euzko Gudarostea, la denominación utilizada por el ejército del Gobierno vasco durante la Guerra Civil Española.
Alberca = piscina
Atávico: Relativo al atavismo.
Atavismo: Tendencia a imitar o a mantener formas de vida, costumbres, etc., arcaicas.
Inapelable: irremediable, inevitable.
Cacheo: Acción y efecto de cachear.
Cachear: Registrar a alguien para saber si oculta objetos prohibidos, como armas, drogas, etc.
Soliviantar: Mover el ánimo de alguien para inducirle a adoptar alguna actitud rebelde u hostil. Inquietar o alterar a alguien.
Tajante = concluyente, terminante, contundente.
Laicismo: Doctrina que defiende la independencia del hombre o de la sociedad, y más particularmente del Estado, respecto de cualquier organización o confesión religiosa.
Gilipolleces = estupideces, idioteces



Actividades

Marca con una “X” cuáles de las siguientes afirmaciones son verdaderas (V) o falsas (F).



V
F
Un grupo de musulmanes solicita al ayuntamiento destinar piscinas solo para mujeres.


Los alcaldes han rechazado la propuesta por inconstitucional


Cervera es un pueblo peculiar por celebrar las festividades de ambas religiones.


Al periodista le preocupa que nadie haya pensado en la posibilidad de que un musulmán gane las elecciones a la alcaldía.


El clima de tolerancia habría envalentonado a los musulmanes a solicitar la segregación de las piscinas públicas.


Diferentes organizaciones feministas han manifestado su rechazo a la petición de la comunidad musulmana


El periodista Carlos Herrera no cree la comunidad musulmana vaya a modernizarse y adaptarse a la sociedad occidental.


Los defensores del laicismo católico que luchan por erradicar los signos religiosos en todos los lugares públicos no protestan ante las exigencias de los creyentes del islam.


Los colectivos musulmanes piden que modifiquen las leyes del ruido para poder expandir el llamamiento a la oración en barrios enteros.


El periodista apela a todos los defensores del laicismo para que eleven sus protestas a las exigencias de la comunidad musulmana.




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